Murano
Murano es la isla más grande de la laguna y es conocida en el mundo por el original arte de soplar el vidrio. En 1291, por miedo a que los hornos de producción de vidrio causaran incendios en Venecia, se decreto que todos estos se transfirieran a Murano. Además de visitar los extraordinarios talleres y tiendas de vidrio de la isla, aproveche para darle un vistazo al espléndido ábside de la Iglesia de Santa Maria y Donato, una de las más antiguas de la laguna. El suelo esta formado por mosaicos a la veneciana que dan vida a numerosos animales como pavoreales, águilas y gallos. También aproveche para visitar el Museo del Vidrio que ilustra la elaboración del vidrio desde los tiempos romanos hasta nuestros días.
Burano
Sin lugar a duda, es la isla más pintoresca de la laguna. Desde sus inicios, las casas de la isla fueron pintadas con colores alegres y encendidos como el rosa, el verde y el azul cobalto, entre otras tonalidades de todas las gamas de colores con el fin de ayudar a los pescadores a encontrar sus casas cuando volvían de la pesca. Esta antigua tradición hace de Burano un lugar siempre vivo! La isla es conocida por la antigua tradición del Merletto que en el Renacimiento estaba bien difundida en Burano. Para conservar los secretos de esta tradición se fundó la Scuola del Merletto en el Palacio de la Podesta que hoy en día es el Museo del Merletto. Bien vale la pena visitar la Iglesia de San Martino, frente al Museo del Merletto, para admirar en la sacristía un cuadro del joven Tiepolo.
Torcello
Esta es una inesperada, mítica y extraña isla. Al bajar del vaporetto uno se encuentra sumergido en la naturaleza nativa de la laguna viajando a tiempos remotos cuando todas las islas de la laguna no estaban habitadas. Al caminar por la única calle de Torcello, uno tiene la impresión que solo las innumerables colonias de gatos puedan vivir aquí. Los mitos y leyendas cuentan que los primeros en habitar la isla fueron los ciudadanos de Altino que buscaban un refugio seguro de las invasiones de los bárbaros de los Unni y Longobardos (siglos V-VII d.c.). Poco antes de llegar a la catedral, pasará por el puente del Diablo que se dice fue construido por el mismísimo Satanás en tan solo una noche. Más adelante encontrará la Catedral de Santa Maria Asunta (639 d.c) de estilo veneto bizantino, que a pesar de las numerosas intervenciones conserva aun su magia y elegancia. En la plaza, finalmente, se encuentra un imponente trono en mármol conocido como el Trono de Atila que nos recuerda una vez más el pasado mítico de la isla.
Santo Erasmo
Mejor conocida como el huerto de Venecia, es idóneo para relajarse dando un paseo entre la calma de sus cultivos. El fuerte del 1797, recientemente restaurado, alberga muestras de arte y otras actividades culturales. Antes de tomar el barco de regreso a Venecia, aproveche para tomar un vaso de vino o incluso comer una pizza en la única tratoria de la isla mientras disfruta de una vista del Lido y de Venecia. Si nos visita en primavera, podrá degustar las delicias de una castraure; una delicada y pequeña alcachofa que crece solo en esta isla.
San Francesco del Deserto
La isla debe su nombre al maravilloso convento franciscano fundado en 1233 cuando, según la tradición, San Francisco regresa de su mítico viaje al Egipto. Para visitarla, es necesario reservar con antelación. Los mismos padres le recogerán con una barca en la isla de Burano que es la más cercana a San Francesco.